DecidimVLC

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Se podría decir que la plaza del Bisbe Amigó (o del Obispo Amigó, como prefieran) es el corazón del barrio de Arrancapins. No obstante, es un corazón sin alma: lejos de ser un espacio de intercambio y convivencia vecinal, esta "plaza" (por así decir) es ahora mismo parte autopista y parte parking al aire libre. Un espacio inhóspito en el que los peatones están marginados en el poco espacio que los vehículos motorizados les dejan.

Plantear una peatonalización total de la plaza, intersectada por algunas de las principales vías de la ciudad (el eje Avenida del Cid - San José de Calasanz - Pintor Benedito y el Carrer de Cuenca), es una quimera. No obstante, se podría recuperar gran parte de la misma para el uso ciudadano, creando un espacio peatonal para que familias, mayores y niños puedan pasear, jugar o simplemente tomar algo en una terraza. Para ello, proponemos conectar el punto central de la plaza del Bisbe Amigó, ocupado actualmente con un pequeño parterre y una estatua aislados, con una nueva área vetada a los vehículos a motor en el último tramo de la calle Historiador Diago hasta su intersección con Carrer de Alzira, al ser un tramo muy tranquilo y casi carente de acceso a parkings (únicamente habría que garantizar acceso a un taller en el chaflán con Alzira, y durante todas las Fallas este tramo es ya cortado y ocupado por la carpa de la comisión de la Falla del Obispo Amigó). Por lo demás, esta peatonalización solo afectaría a mayores al eje de circulación sur-norte Carrer de Salas Quiroga - Carrer del Buen Orden, pero no debería suponer un problema ya que la circulación general por este eje es prácticamente inexistente, siendo utilizado mayormente para acceso de vecinos, existiendo ya alternativas cercanas para circular sur norte por los viales principales de Pérez Galdós y la Gran Vía de Ramón y Cajal.